LA PRÁCTICA DE LA ESCALETA


Capítulo 154 de Hospital Central "Vivir no es sólo respirar"... Ni hacer escaletas.

Algunas personas ya han visto el capítulo a través de Ono y tienen ganas de comentarlo, yo prefiero esperar a mañana por la noche, cuando ya lo hayan emitido para todo el mundo, o al jueves por la mañana. Sin embargo, hay un detalle sobre el capítulo que si puedo comentar, porque no tiene que ver con el contenido. Es el primer capítulo de Hospital Central con el que he sufrido, sufrido de verdad. No me refiero a un leve escollo o unas prisas o una reescritura, no. Digo sufrir de no verle sentido, de no saber donde coño vas. La culpa de todo la tiene la escaleta.
Les explico. Un capítulo pasa por muchas fases, una de ellas, quizás la más importante es la de escaletar. En la fase previa, que nosotros llamamos "por pasos" se consigue que cada historia del capítulo (entre ocho y once, más o menos) esté ordenada por secuencias, la escaleta es el momento en el que coges todas esas secuencias y las mezclas, es como hacer un puzzle, con la diferencia de que no tienes la caja del mismo con la foto del castillo que tiene que salir al final, sino que según como coloques las piezas, sale un castillo o cualquier otra cosa. Las escaletas marcan la progresión dramática del capítulo, ordenan las tramas, etc. Para cualquiera que haya visto la serie se puede hacer idea de que no es la cosa más sencilla del mundo.


Una vez está terminada la escaleta se le presenta el coordinador, que propone cambios sobre la misma. Generalmente, los cambios tienen que ver con el orden de las secuencias, con el ritmo, con la información y sueles tener instrucciones más o menos específicas sobre qué hacer. Te limitas a aplicar unos principios muy sencillos y a reordenar las piezas. Sin embargo, en ésta ocasión, el cordinador no nos dijo nada específico a mi compañero y a mí, se limito a mirarnos y decir "La escaleta no fluye".
Cuando lo dijo supimos a lo que se refería, y supimos también por qué no podía concretar más. Sabíamos que tenía razón y sabíamos que teníamos que arregarlo, incluso estábamos deacuerdo con él... pero no sabíamos cómo.

Volvimos a colocar la escaleta como un enorme puzzle encima de la mesa de mi despacho (Mi despacho es a la vez sala de reuniones, con lo que la mesa es muy grande) Y pusimos una nota en la puerta para que nadie tocara nada. Empezamos a leer de nuevo lo que habíamos hecho y... perdimos el norte (y el control) afortunadamente lo hicimos por turnos, nunca los dos a la vez, si lo hubiéramos hecho así hubieramos vuelto a empezar de cero.

Cuando digo que perdimos el norte me refiero a que cuando uno tiene una escaleta tiene unos motivos, una estructura interna, unos hilillos que atan toda la historia y cuando cambias una de esas cosas de sitio, todo se mueve, pero aquí teníamos la sensación de que se iba a todo a hacer puñetas. Sabíamos que lo que teníamos no funcionaba y si lo tocábamos se iba a destruír y habría que empezar de nuevo.

Estuvimos cuatro días revisando la escaleta, horas y horas. Pusimos nuevas notas en las puertas. Tengo guardada una de ellas, dice así: "PARECE QUE NO, PERO SIGUE HABIENDO UNA ESCALETA ENCIMA DE LA MESA, EN SERIO, ESOS PEDAZOS DE PAPEL SIGNIFICAN ALGO... GRACIAS POR MANTENER INTACTO NUESTRO FRAGIL EQUILIBRIO MENTAL, EN UN PAR DE DÍAS VOLVEREMOS A DESPEJAR LA MESA"

De alguna manera pudimos irlo reorganizando todo, colocándolo en su sitio y salir adelante. No sé como lo hicimos, supongo que concentrándonos mucho, pero daría igual que os lo contara, cada historia tiene su estructura y lo que vale para una, no vale para la otra. Creo que tomamos muchas decisiones importantes en esos cuatro días y espero que el capítulo funcionara a partir de ahí.

Os aseguro que después de un proceso así, escribir diálogos es la tontería más grande del mundo, un paseo por el prado.


Tomado de http://www.filmica.com/, por Guillermo Zapata

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